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La presencia de un ratón, que apareció supuestamente en la comida de una pasajera, obligó a un avión de la aerolínea escandinava SAS a aterrizar de imprevisto en Dinamarca, informó el viernes un portavoz de la compañía. La aeronave volaba el miércoles de Oslo, capital de Noruega, a Málaga cuando el pasajero clandestino fue descubierto a bordo del vuelo SK4683 y lo llevó a realizar una parada imprevista en Copenhague.
“Conforme a nuestros procedimientos, hubo un cambio de avión para una inspección”, declaró Øystein Schmidt, vocero de SAS en Noruega. “Es algo que ocurre con muy poca frecuencia […] Hemos establecido protocolos para estas situaciones, que también incluyen una revisión con nuestros proveedores para garantizar que esto no vuelva a ocurrir”, aclaró Schmidt.
Los pasajeros, por su parte, parecieron haberse tomado el incidente con humor. Los pasajeros concluyeron su viaje a Málaga a bordo de otro vuelo en la noche.
“Lo crean o no, una señora sentada a mi lado (…) abrió su comida y un ratón apareció de un salto”, publicó uno de los viajeros, Jarle Børrestad, en su perfil de Facebook con una foto junto a dos mujeres, todos sonrientes.
Un pasajero, Eddy Grønset, de 57 años, quien viajaba con su pareja, relató al medio noruego VG que el ambiente a bordo se mantuvo tranquilo.
“El capitán nos informó que habíamos estado volando con frenos adicionales en las alas durante media hora para quemar combustible extra y alcanzar el peso de aterrizaje adecuado”, indicó Grønset.
Varios pasajeros compartieron sus hipótesis sobre cómo el ratón pudo haber abordado el avión. Grønset mencionó que una pasajera que estaba sentada cerca descubrió al roedor al abrir una caja de comida que contenía pechuga de pollo ahumada. “La señora que estaba sentada dos asientos detrás de mí se llevó una sorpresa cuando el ratón saltó de su caja de comida”, describió el pasajero en un mensaje de texto.
Kurt Lysø, otro pasajero de 40 años, también comentó sobre la situación, señalando que la tripulación confirmó que el ratón provenía de una caja de alimentos.
“La pasajera puede estar agradecida de que el ratón no haya terminado en su plato”, dijo Lysø en tono de broma.
