“El tata Pérez” o “Padre Pérez”, así era conocido en el mundo del periodismo. Y quienes tenían mayor cercanía con él, le decían: “Eduardo”. Y otros, los que no eran tan cercanos al jesuita y comunicador, simplemente referían a él, como “el cura Pérez”. Controvertido, frontal, comprometido y apasionado comunicador, así fue el español naturalizado boliviano que no olvidaba sus deberes sacerdotales en la casa de los jesuitas.
“Se fue el tata Pérez. Tranquilo. En su cama. Nunca terminaré de agradecerle lo que hizo por mí. Una lágrima me moja el alma”, publicó la noche de este lunes el periodista Mario Espinoza, quien precisamente confirmó a Urgente.bo la versión del fallecimiento del jesuita y periodista, nacido en España en 1944.
Formador de generaciones de periodistas, Pérez Iribarne es uno de los sacerdotes jesuitas que optó por la comunicación y el periodismo. Y desde ese espacio fue uno de los más influyentes y un reconocido defensor de la democracia. Desde el micrófono, nunca optó por la comodidad, su compromiso fue con la libertad de expresión y la democracia.
Fue un periodista controvertido. En su incursión en la televisión, Eduardo Pérez tenía puestas en escenas que llamaban la atención, en un momento en que el periodismo de la quinta pared era poco espectacular.
“La Dirección del Grupo Fides anuncia con gran pesar el sensible fallecimiento del padre Eduardo Pérez Iribarne, director de radio Fides Bolivia, gran periodista entregado al pueblo boliviano. Paz en su última morada, resignación y consuelo para su familia, Compañía de Jesús y todos los trabajadores del Grupo Fides de Bolivia”, se anunció en la radio.
En junio pasado, Pérez Iribarne padecía de un fuerte problema pulmonar que lo llevó a Terapia Intensiva de la clínica Fides, de la ciudad de El Alto, que fue una de las obras sociales que llevó adelante el jesuita.
“Se fue el hombre invisible..., el que visibilizaba las contradicciones del poder político..., me dio cobertura exclusiva para denunciar los asesinatos por parte de la policía en Pan Duro de cuatro mineros en el gobierno de Evo Morales, como en la intervención ordenada por el Ministro de Gobierno Romero a la población de Viloco”, dijo el activista de los derechos humanos David Inca.
Perez marcó época en su controversia con el comunicador Carlos Palenque Aviles, en la década de los 80 y 90.
“El hombre invisible”, “El café de la mañana” y el Noticiero de Radio y Fides TV fueron algunos de sus productos y medios más importantes.
Guiado por su pasión por comunicar y por su formación religiosa, el director del grupo Fides llevó adelante dos iniciativas que lo marcaron como un hombre sensible. Dirigió por 'La Sonrisa de un niño", esa campaña que con el apoyo de miles de jóvenes hizo posible que miles y miles de niños reciban un regalo de navidad. Hubo años en que la movilización tomaba una gran parte de la taquilla del estadio Hernando Siles.
La otra movilización fue deportiva. Pérez organizó competiciones ciclísticas que año tras año crecía en extensión y en el número de participantes, hasta que llegó a convertirse en "La Vuelta a Bolivia".