Vía Los Tiempos|
El uso cultural de la romana provoca una ralentización al cambio hacia las balanzas electrónicas y digitales. Las comerciantes, pese a los controles de la Intendencia Municipal, continúan con este instrumento.
De acuerdo a un recorrido que realizó Los Tiempos en los centros de abasto, evidenció que existe una gran cantidad de comerciantes de frutas, verduras, hortalizas, pescado y otros que continúan con sus romanas como su único instrumento de peso. Sin embargo, no son confiables porque pueden adulterarse fácilmente y no se encuentran dentro de los estándares ni de calidad metrológica. Esta situación provoca que exista desconfianza en la población.
Controles
La Intendencia realiza constantes controles a las comerciantes de los diferentes mercados. Se han decomisado decenas de romanas e incluso balanzas electrónicas que fueron adulteradas. La normativa municipal N. 2262 señala que todo instrumento de medición que cuente con fallas debe ser retirado y se sanciona al o el comerciante con un monto económico.
El jefe del departamento de Defensa al Consumidor, Enrique Viscarra, dijo que, antes de las romanas, existían las balanzas denominadas “pata de gallo”, las cuales fueron desapareciendo paulatinamente. Ahora predomina las que son de tipo reloj, electrónico y de tipo plataforma.
Desconfianza
Martha Cruz, ama de casa, contó que se compró su propia romana para evitar ser engañada. Dijo que cada que vez que está por pagar algún producto saca su romana y comprueba que sea el peso justo.
“Hay quienes cuando muestras la romana y pesas se dan cuenta y te aumentan harto. Otros, se molestan por eso. No deberían engañar así, si estamos pagando por el producto, no nos hacemos regalar”, protestó. Los Tiempos consultó al azar a 10 amas de casa en el mercado La Pampa sobre las romanas de las cuales seis de ellas contaban con una romana en sus bolsillos.
“Tenemos que estar preparados porque no podemos pagar de más, peor con esta crisis en donde tenemos que hacer alcanzar para comprar varias cosas para la casa”, señaló Guillermina Flores, otra ama de casa.
Venta
El precio de la romana oscila de 30 bolivianos para una arroba a 80 bolivianos para un quintal. De acuerdo a las vendedoras, este instrumento sigue siendo de los más requeridos. Hay de primera y segunda calidad, se diferencian por su color: las segundas suelen deteriorarse en un tiempo corto.
Sandra López, propietaria de una caseta de instrumentos de construcción, aseguró que los principales solicitantes de este utensilio de medición de peso son las amas de casa. Incluso, hay quienes buscan que sean electrónicos o digitales para bolsillos.
“No llegan mucho los digitales, varios se hacen pedir, aunque es mucho más caro, porque no confían en las comerciantes, les engañan y ellas prefieren contar con uno propio”, argumentó.
Normativas
Desde el 17 de enero rige el Decreto Supremo 9103 que otorga atribuciones al Instituto Boliviano de Metrología (Ibmetro) para controlar las importaciones de balanzas con el objetivo de ofrecer garantías a la población.
También autoriza el control en un trabajo coordinado con las alcaldías sobre los mecanismos de pesaje. Recientemente se anunció que desde el 29 de septiembre Ibmetro controlará que las balanzas importadas cumplan los estándares de las normativas internacionales.
Pese a la existencia de Ibmetro, Viscarra dijo que no hubo acercamiento con la institución, pero sería ideal que todos los municipios contaran con una capacitación para que los instrumentos de medición que existan cuenten con un precinto de calidad emitido por un fiscalizador nacional.