Fuente Opinión Bolivia |
Este 30 de mayo, por primera vez, se celebra el Día Internacional de la Papa establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La papa, tubérculo originario de los Andes de Bolivia y Perú, es el tercer cultivo alimenticio más importante del mundo, después del arroz y el maíz, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO). Se cultiva en 159 países, existen más de 5.000 variedades en todo el mundo y data de hace 8.000 años atrás.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en la campaña agrícola 2020 – 2021, Bolivia alcanzó la producción de papa de 1.272.649 toneladas en una superficie de 191.321 hectáreas, y en la campaña agrícola 2019 – 2020 el total producido sumó 1.317.923 toneladas, siendo el rendimiento de 7.2 Toneladas por hectárea.
Cochabamba es el mayor productor de papa en Bolivia con el 30.3%. Le sigue La Paz con 27.3%; y ambos representan el 57.6% de toda la producción nacional.
Las papas nativas son cultivos milenarios de los pueblos indígenas de los valles y altiplano bolivianos.
El municipio de Morochata, conocido como la Capital de la Papa por la calidad y variedad, es el mayor productor de la papa del departamento. Existen más de 100 variedades de papas nativas, según los productores de Morochata. El 95% de su población se dedica a la producción del tubérculo milenario. Según los datos de la Unidad de Agropecuaria del municipio, anualmente producen cerca de 50.000 toneladas de papa waycha para comercialización y otro porcentaje para semilla.
En los años 2022 y 2023, tanto en Morochata como en el Altiplano se presentaron eventos climáticos adversos: la sequía, la helada y granizada que ocasionaron pérdidas de hasta el 80% del total de producción. En algunos casos, los productores lograron recuperar solo para su autoconsumo.
En estos meses, los productores de Morochata se encuentran en plena siembra de papa, sin embargo, para finales de este año se calcula que habrá poca producción debido a los altos costos de agroinsumos y poca agua. “Estamos sembrado poco”, dijo Abel Mercado, productor y autoridad de la región Morochata.
Por otro lado, hay temor a las bajas temperaturas como en anteriores años en las que ocasionaron grandes pérdidas.
En 2019, la fundación Helvetas Bolivia identificó las dificultades y las barreras que enfrentan los productores como: "Los bajos ingresos de pequeñas y pequeños agricultores, la pérdida de la agrobiodiversidad y el bajo valor añadido a las papas nativas". Además, "realizó un estudio de mercado, con el fin de indagar la existencia de mercados, que permitan comercializar la papa nativa transformada en productos con valor agregado, como chips de papas y puré de papas".
A partir de esa situación, actualmente Helvetas junto a la Fundación Proinpa implementan un proyecto de mejoramiento de producción de papas nativas en las comunidades de Morochata. Con el propósito de "contribuir a que familias productoras de sistemas productivos, basadas en papas nativas en el departamento de Cochabamba, aporten a un sistema alimentario sostenible e inclusivo en la cuenca alimentaria que articula el área rural y urbana de ese departamento". Y con el objetivo de "contribuir a que las familias productoras de sistemas productivos basados en papas nativas incrementen su capacidad de resiliencia, mejora de ingresos y acceso a mercados en condiciones favorables" en los municipios de Morochata y Colomi.
Otros de los municipios con mayor producción de papa son Cocapata, Colomi y Tiraque del departamento de Cochabamba.
Bolivia es uno de los principales centros de origen, diversificación y domesticación de numerosas especies y variedad de papas nativas, de acuerdo al Catálogo de Papas Nativas realizado por Proinpa.
Las papas nativas, el tubérculo milenario, tienen diversidad de sabores. Se puede consumir de diferentes formas, el más común para los productores es el papa wayk'u y el chuño, la papa deshidratada.