RÉGIMEN DE EVO MORALES PROTEGÍA A DA FONSECA


Redacción Sol de Pando |

El ex viceministro de Defensa Social Felipe Cáceres, conocido como el “Zar Antidroga” durante el régimen de Evo Morales, debe responder por el encubrimiento y protección policial que favoreció al narcotraficante brasileño Lourival Máximo da Fonseca en el periodo gubernamental del líder cocalero. Cáceres fue el principal responsable de la lucha contra el narcotráfico en Bolivia, ejerciendo control absoluto de la fuerza policial encargada de esa lucha.  

En el año 2014, la Policía Federal del Brasil había informado al Gobierno de Morales que Da Fonseca, tras fugar de un proceso judicial en su país, se hallaba operando en territorio boliviano desde el año 2012. La Policía boliviana respondió que se iniciaría la búsqueda del prófugo, pero nunca hubo ningún resultado. El mismo gobierno de Bolivia le había entregado a Da Fonseca, y a otros miembros brasileños de su banda, documentos de identidad bolivianos que le permitían al grupo extranjero seguir operando desde Santa Cruz con absoluta libertad, burlando el requerimiento de búsqueda del país vecino.

Desde el año 2009, Lourival da Fonseca, alias “Tião”, tiene un mandamiento de captura expedido por el Tribunal Regional Federal de la 3ª Región de São Paulo, bajo los cargos de tráfico de drogas y lavado de activos.

Tras su fuga del Brasil, durante más de una década Da Fonseca operó desde Bolivia, envejeciendo en el país, como uno de los principales proveedores de cocaína hacia el mercado brasileño, moviéndose entre el Chapare y Santa Cruz para encaminar la droga hacia la frontera con el Estado del Mato Grosso. Los datos que emergen tras su detención el pasado 15 de febrero, indican que operaba exitosamente en el país contando con protección que le brindaba el régimen de Evo Morales a través de los policías antidroga comandados por el entonces viceministro Cáceres. Da Fonseca inundó las ciudades de Cuiabá, Corumbá, Goiânia y São Paulo con toneladas de cocaína boliviana, sobre la llamada “Ruta Caipira”.

Un ex funcionario del Servicio General de Identificación Personal (SEGIP), presuntamente vinculado a Felipe Cáceres, es señalado por el actual Gobierno de haber entregado a Da Fonseca una cédula boliviana con un nombre falso que le permitió actuar en Bolivia sin levantar sospechas de sus antecedentes policiales en Brasil.

Cáceres fue inamovible Viceministro Antinarcóticos designado directamente por Evo Morales, desde 2006 a 2019, como segundo al mando en el Ministerio de Gobierno durante las gestiones ministeriales de Sacha Llorenti, Carlos Romero y Hugo Moldiz. También dirigente cocalero como Morales, el entonces Viceministro ejercía el cargo con absoluta autonomía respecto a los ministros del área.

La instalación del narcotraficante brasileño en territorio boliviano, en 2012, y la posterior alerta de la Policía Federal del Brasil a las autoridades nacionales respecto a las actividades de Da Fonseca en el país, se produjeron cuando ejercía como Comandante General de la Policía Boliviana el coronel Víctor Maldonado Hinojosa, hombre de estrecha confianza del entonces ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana. Maldonado fue promovido al máximo cargo policial después cumplir funciones jerárquicas en las guarniciones de Pando y Beni, zonas controladas personalmente por Quintana.

El ex ministro de Gobierno Carlos Romero Bonifaz, afirma no tener constancia de comunicación alguna por parte de Brasil sobre aquella presencia de Da Fonseca en el país. De haber existido tal aviso, admitió, la Policía boliviana le ocultó esa información en todo caso.

“Todo reporte de Inteligencia al Ministro se efectúa por escrito, y si hubiese recibido ese informe por el conducto regular como corresponde, el documento tendría que estar registrado en los archivos del Ministerio de Gobierno, pero no recibí nada; si me hubieran informado, le aseguro que yo personalmente habría ido a cazar a ese sujeto para entregarlo al Brasil sin ninguna demora”, dijo Romero a Sol de Pando.


COSTO SANGRIENTO PARA ATRAPAR A UN CONOCIDO PRÓFUGO

El actual Gobierno que preside Luis Arce Catacora tampoco hizo mucho para la captura de aquel pez gordo de la cocaína boliviana, pese a que en los años 2021, 2022 y 2023 el Ministerio de Justicia y Seguridad del Brasil, incluso a través de la prensa del país vecino, difundió reiteradamente los nombres y fotografías de Lourival “Tião” da Fonseca y otros prófugos brasileños que también operan en Bolivia.

Tuvo que producirse un baño de sangre en el territorio boliviano, incluso una balacera desatada contra los policías bolivianos, causados por la banda de Da Fonseca, para que la fuerza policial cumpla su misión de detener a un prófugo que operaba impunemente en el país durante más de una década, a pesar de las alertas que llegaban insistentemente del Brasil.

Dos sanguinarios ajustes de cuentas ejecutados en pleno carnaval en el municipio fronterizo de San Ignacio de Velazco, se hubiesen quedado en la simple crónica policial tal como decenas de hechos similares que se producen cotidianamente en las zonas rojas del narcotráfico boliviano, si la Policía Federal del Brasil no señalaba entre los presuntos autores de los asesinatos al prófugo capo brasileño.  

Lourival da Fonseca figura entre los 10 narcotraficantes más buscados del Brasil, acusado por el Ministerio de Justicia y la Policía Federal de traficar drogas desde la década de los 90, siendo considerado “uno de los principales traficantes de la cocaína boliviana en la Ruta Caipira”.

Además de “Tião” da Fonseca, en la lista de los más buscados por la Policía Federal del Brasil figuran también otros nombres de narcotraficantes brasileños posiblemente ocultos en Bolivia con apoyo logístico del Primer Comando Capital (PCC):

Sonia Aparecida Rossi, alias “María do Pó”, de 61 años, considerada “la mayor traficante de cocaína en la región de Campinas, abastece a las favelas en São Paulo con droga traída de Bolivia”.

Sergio Luiz de Freitas Filho, alias “Xixi”, es “miembro de una facción paulista, opera como negociador para la compra de cocaína y pasta base en Bolivia, siendo responsable de la logística del traslado de la droga al Brasil”.

Álvaro Daniel Roberto, alias “Caipira”, es buscado desde 2020, “siendo considerado uno de los mayores traficantes del país. Mantenía nexos con el cartel del Valle del Norte, en Colombia. También integraba el núcleo de una organización criminal responsable por el traslado de cocaína proveniente de Paraguay y Bolivia”.

João Aparecido Ferraz Neto, alias “João Cabeludo”, opera en la región Sudeste y en los países del Mercosur. Señalado como “el principal traficante de drogas en la región del Valle de Paraíba, en São Paulo. Es buscado desde 2020 y se presume que vive en Bolivia”.

Varios de estos prófugos brasileños, cruzan la frontera para entrar y salir por Bolivia con documentos de identidad boliviana que se les facilitó durante el régimen de Evo Morales.


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