Fuente MASAS POR |
UN EVO DESQUICIADO DE PODER FRENTE A UN ARCE QUE BUSCA SU REELECCIÓN A TODA COSTA, HACEN GEMIR A LAS GRANDES MAYORÍAS QUE SOBREVIVEN AGOBIADOS POR LA CRISIS ECONÓMICA
Es de lamentar que esté ausente en el escenario político nacional, una dirección obrera revolucionaria como lo fue el poderoso movimiento minero y fabril politizado de décadas pasadas que, a la cabeza de la Central Obrera Boliviana y la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, en momentos de crisis política y social, señalaban una salida revolucionaria al país. Es de suma urgencia el recuperar estas organizaciones matrices sindicales nacionales de manos de los burócratas vendidos.
Independientemente de hasta cuando las facciones “radicales” del MAS puedan sostener un bloqueo débil pero efectivo por cortar la viabilidad en el eje central del país, frente al gobierno que busca anular a Evo Morales, lo que explica su negativa a intervenir los bloqueos, las consecuencias se agravan a diario por esta pugna intermasista contra la economía de importantes sectores populares. Es el pueblo el que se ve afectado por la miserable y mezquina pelea entre politiqueros burgueses que lo único que les interesa es seguir disfrutando, o volver a disfrutar, de las mieles del Poder.
Los motivos que originan este paro son ajenos al interés y atención de los trabajadores. Nadie se hace ilusión alguna de un posible cambio en la “justicia” que pueda resultar de esta pulseta. Todos sabemos de sobra que el aparato judicial, pasando por los juzgados provinciales hasta llegar a los tribunales supremos nacionales, están infestados de corrupción, favoritismos y manipulación de las leyes en favor de los que tienen dinero y de los inquilinos de turno del palacio de gobierno. Por lo que cualquier nueva elección por sufragio de nuevos jueces, o la prórroga de los que ahora están, si antes no cambia la estructura social y económica de nuestro país, no cambiará en nada el carácter dependiente y servil de los tribunos, jueces y fiscales al poder ejecutivo y los dueños de los grandes medios de producción. En Bolivia, como país capitalista atrasado, no puede haber un regular funcionamiento de un sistema democrático burgués que tenga como característica la independencia del poder judicial frente al poder ejecutivo; lujo que solamente pueden darse los países capitalistas desarrollados ricos. En estos, la gran acumulación de capital y la existencia de una amplia capa de clase media acomodada actúan como colchón amortiguador de la lucha de clases entre burguesía y proletariado. En la atrasada Bolivia, donde no se han desarrollado las fuerzas productivas capitalistas plenamente y donde pervive y prevalece la pequeña propiedad precapitalista artesanal y agrícola, es la pobreza en las mayoritarias clases medias urbanas y rurales la que exacerba la lucha de clases dando paso a una permanente inestabilidad en el orden político y jurídico existente. Es característica de todos estos países pobres de escaso desarrollo capitalista, la presencia hegemónica de burguesías nativas (que a su vez están sometidas a los intereses foráneos imperialistas), que someten a su voluntad al poder legislativo y al poder judicial, muchas veces con rasgos despóticos y dictatoriales del partido y líder gobernante.
Todavía falta mucho por ver en esta “telenovela” de acusaciones y contra acusaciones de traiciones entre “radicales” y “renovadores”. De seguro que en este año preelectoral y el próximo abiertamente electoral, se agravará el sufrimiento de las familias bolivianas. El fracaso de la política reformista y proburguesa del MAS en el poder en casi dos décadas y su proceso de agonía mortal como fenómeno político, se manifiesta de esta manera trágica para los bolivianos, llevando al enfrentamiento entre hermanos de clase y de raza. Al frente, en el bando de la derecha tradicional, la situación no es diferente. No olvidar que el paro cruceño de más de 30 días, por supuestamente la fecha del Censo Nacional, también tuvo móviles políticos de potenciar a Camacho en su pugna contra el gobierno masista de Arce Catacora. En esa oportunidad, también las mayorías desposeídas tuvieron que cargar con la factura de los platos rotos. Sin lugar a dudas, masistas proburgueses y derecha tradicional, la misma porquería.
